El desafío colaborativo de la descarbonización
MARIANA DE PABLO Directora Ejecutiva de Accenture Chile
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MARIANA DE PABLO
El esfuerzo global para alcanzar el cero neto para 2050 enfrenta un gran desafío. Si las industrias pesadas como el acero, metales, minería, cemento, químicos y transporte no se descarbonizan, sus emisiones de alcance 1 y 2 se convierten en emisiones de alcance 3 para otros sectores. En pocas palabras, si la industria pesada no avanza hacia el cero neto, todo el sector fracasa.
Las empresas de servicios públicos tienen un papel clave en hacer que la descarbonización industrial sea asequible. Actualmente, los costos de la energía con bajas emisiones de carbono y el hidrógeno son demasiado altos para que los productos industriales ecológicos compitan con alternativas con mayor emisión de carbono. Sin medidas urgentes, es improbable que sean competitivos en el corto plazo.
“El sistema energético del futuro será más complejo, distribuido, flexible, inteligente e interconectado, y también más interdependiente”.
Además de reducir precios, las utilities deben aumentar significativamente la oferta de energía baja en carbono e hidrógeno, dando a la industria pesada la confianza de que su demanda será satisfecha. Sin certeza de suministro, es difícil invertir en la descarbonización. El informe Net Zero Industry Tracker 2023 del Foro Económico Mundial y Accenture estima que se necesitarán US$ 13,5 billones para construir la infraestructura de energía limpia necesaria para descarbonizar ocho sectores. Esta nueva infraestructura incluirá energías renovables, nuclear, hidrógeno verde y azul y soluciones más amplias de gestión del carbono. Pero también depende de una expansión masiva de la red eléctrica.
Existen estrategias clave para que la descarbonización industrial se encamine hacia el cero neto. Reducir costos en nuevas infraestructuras es esencial, con la digitalización y la colaboración desempeñando roles importantes. A medida que maduren las tecnologías bajas en carbono, sus costos disminuirán naturalmente.
Sin embargo, nuestra investigación “Powered for Change” reveló que la falta de inversiones coordinadas en toda la cadena de valor ha llevado a un círculo vicioso de inacción. Hoy, las empresas invierten individualmente o en pequeños grupos. Para alcanzar la escala necesaria , las inversiones de las utilities en infraestructura baja en carbono deben alinearse con la industria pesada, lo que requiere una colaboración mucho más estrecha.
El sistema energético del futuro será más complejo, distribuido, flexible, inteligente e interconectado, y también más interdependiente. Para construir este futuro, muchas partes, a menudo con intereses diferentes, deben trabajar hacia un objetivo común.
La descarbonización de la industria pesada es un proyecto a largo plazo. Las empresas de servicios públicos evolucionarán en sus estrategias, pero es crucial que tengan un plan claro. Deben definir su rol en la descarbonización industrial y estar preparadas para colaborar más profundamente que nunca. El tiempo corre y lo que suceda en los próximos tres años será determinante para el éxito en el camino hacia 2050.